Veraneando

La vida se me escapa entre disparo y disparo. La veo pasar a través de los sutiles cambios en el rostro de mi hija, en el alto de sus pantalones, en los nuevos dientes que van haciéndose hueco en su boca… De repente, mi bebé se ha convertido en una niña “mediana” que me entiende como soy, con todas mis imperfecciones, y que me llama al orden de vez en cuanto para que ponga los pies en Tierra. Es mi pequeña gran maestra, mi amiguita y mi compañera de aventuras.

Desde que nació me ha visto con un pincel en la mano pintando sobre tela o sentada en el ordenador con mis fotos. Está acostumbrada a jugar alrededor mío mientras trabajo.

Irene es una niña sensible, luminosa, alegre, creativa y cariñosa. Le encanta que su padre y yo estemos con ella y que hagamos cosas juntos. Por eso este verano va a ser especial. Irene se une a nuestra expedición.

Nosotros siempre hemos sido viajeros. Para mí viajar es una necesidad vital, como comer y dormir. Pero cuando se es padre, la cosa se complica.

Este año vamos a realizar nuestro primer viaje en familia. Ya hemos viajado juntos, pero este será el primer viaje consciente de Irene. Ella llevará su cámara de fotos y una libreta para escribir sobre lo que hagamos cada día. Yo estaré esperando con mi cámara para ver su expresión al descubrir lo hermoso que es el mundo a través de sus ojos curiosos.

Estoy deseando coger ese avión y despegar hacia unos días de tranquilidad, de descubrimiento, de risas, de aventuras compartidas.

¡Feliz verano!