Patri cámpora

Fotografiar es captar belleza, emoción, conexión...
Esto solo es posible cuando fotografías poniendo el alma.
Mi amor por la fotografía ha sido un viaje de ida y vuelta.
Todo comenzó como un primer amor adolescente. Una Praktica de 10.000 pesetas, y mucha curiosidad por experimentar. De forma autodidacta aprendí los conceptos básicos de la fotografía con el libro de "La fotografía paso a paso" y mucha paciencia.
La relación parecía que iba en serio, así que me mudé a Valencia a seguir aprendiendo. Allí conocí a algunos de mis mejores amigos, me enamoré del que luego se convertiría en mi marido y aprendí que un buen fotógrafo ha de cultivar la mirada antes de disparar.
Fueron años intensos en los que complementé mis estudios de Fotografía con la licenciatura en Comunicación Audiovisual y Periodismo.
Una vez de vuelta a la isla, aparqué mi NIKON FM2 por las cámaras de televisión y las salas de edición. Fue el comienzo de 16 años de apasionante carrera profesional en el sector audiovisual, que me llevó desde los controles de realización a la gestión de los programas institucionales de fomento del sector audiovisual.
Entre tanto, en las vacaciones, en los viajes, desempolvaba mi vieja cámara analógica y disfrutaba de aquella vieja pasión que seguía latiendo dentro de mí.
Fue durante el embarazo de mi hija Irene cuando decidí documentar todo el proceso y algo hizo "click" dentro de mí. Foto a foto iba conectando de nuevo con mi esencia. La creatividad iba pidiendo a gritos que le hiciera un hueco en mi vida.
Un día soñé que podría vivir de mi creatividad. Y así llegó el momento de abrir la compuerta que la había mantenido retenida tanto tiempo y dejarla salir. ¡Y vaya que salió!
Y así fue como la fotografía volvió a mi vida para quedarse.